Jacobo está muerto de celos porque sus padres acaban de adoptar a una niña; según él, «el guisante negro» acapara todos los mimos de la familia. Y, por si fuera poco, descubre a Mirfak, Larina, Onahiba e Ismael en el despacho de su padre, donde viven apasionantes historias de Haití, Eritrea, Kenia y Senegal…